Las células eucariotas son conocidas principalmente
porque poseen núcleo, este organero es el responsable de dirigir todos los
procesos celulares, además de contener el valiosísimo material genético el ADN, sin embargo fue hasta muy
poco cuando se pudo entender su función y estructura.
El núcleo celular fue uno de los primeros organeros en
ser descubiertos.
Gracias a ello se logró tempranamente su descripción
(Robert Brown en 1831). Sin embargo, las investigaciones demoraron en
desentrañar la función de su contenido: el material genético.
Casi cien años después, la investigación pionera fue la
realizada por el alemán Joachim Hämmerling, posteriormente se realizaron otros
Experimentos como el de Gurdon.
Finalmente con la ayuda de la bioquímica y genética se
dilucidaron los ocultos secretos de este organelo diminuto y vital para las
células eucariotas.
El núcleo no es el mismo durante toda la vida de la
célula, este cambia, crece, se desarrolla, e incluso se desintegra, para luego
volverse a formar.
En un núcleo eucariota no siempre hay cromosomas, lo que
existe es cromatina. La cromatina es una estructura dinámica que adapta su
estado de compactación y empaquetamiento para optimizar los procesos de
replicación, transcripción y reparación del ADN.
Está formada por ADN y
por una serie de proteínas que lo mantienen enrollado.
Los cromosomas son estructuras que se forman cuando va a
ocurrir la división celular (profase mitótica), y que consisten en la condensación
progresiva de la cromatina.
Interrogantes:
Ø ¿El núcleo siempre es el mismo durante todo el ciclo de vida de
una célula?
Ø ¿Todas las células posen un solo núcleo?
Ø ¿Existen células eucariotas que puedan sobrevivir sin núcleo?
Ø ¿Se puede “trasplantar” un núcleo de una célula a otra?